Estamos
imbuidas en motivos que nos llevan a la tristeza, al cansancio. El ruido. Las
voces vacías. La violencia. Las asesinadas, el pavor de lo irreversible. Sólo
en octubre nos faltan seis mujeres y un bebé porque las han matado.
El cansancio
El cansancio.
De nuevo, el
cansancio.
El esfuerzo por
sobrevivir.
Reiterado
Observar las nubes.
Dentro.
Barrer.
Dentro.
Elegir quedar.
Toda nube
lleva una trayectoria. Asumir
la trayectoria. Imposible
barrer todo siempre. Está el
cansancio.
Aunque también el de
las trayectorias. De ver pasar las nubes.
También ese cansancio.
Entonces,
por un momento, ahora.
Sin voluntad. Y casi está bien.
Hasta pensar el estar bien y convertirlo
en nube. En trayectoria.
Chantal Maillard (Bruselas,
1951- )
En Hilos (2007),
editado por Tusquets
Sin embargo. Pensamos juntas nuevas formas de ser. Nuevas
estrategias, viejas estrategias. Otras formas de ser.
Humanas y libres.
Meditación en el umbral
No, no es la
solución
tirarse bajo un
tren como la Ana de Tolstoy
ni apurar el
arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en
los páramos de Ávila la visita
del ángel con
venablo
antes de liarse
el manto a la cabeza
y comenzar a
actuar.
Ni concluir las
leyes geométricas, contando
las vigas de la
celda de castigo
como lo hizo Sor
Juana. No es la solución
escribir,
mientras llegan las visitas,
en la sala de
estar de la familia Austen
ni encerrarse en el
ático
de alguna
residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la
Biblia de los Dickinson,
debajo de una
almohada de soltera.
Debe haber otro
modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni
María Egipciaca
ni Magdalena ni
Clemencia Isaura.
Otro modo de ser
humano y libre.
Otro modo de ser.
Estos días Ada Colau escribía en twitter:
“me he despertado triste pero no resignada”. Audre Lorde escribía en La hermana, la extranjera que no conocía
usos creativos de la tristeza, pero sí de la rabia. La rabia creadora que arde
en el pecho y nos impulsa a actuar. Juntas. No nos resignamos. Porque hay
rabia. La rabia que lleva a la acción. Y queda mucho por hacer.
Y AÚN ASÍ... YO ME LEVANTO
Tú puedes escribirme en la historia
con tus amargas, torcidas mentiras,
puedes aventarme al fango
y aún así, como el polvo... me levanto.
¿Mi descaro te molesta?
¿Porqué estás ahí quieto, apesadumbrado?
Porque camino
como si fuera dueña de pozos petroleros
bombeando en la sala de mi casa...
Como lunas y como soles,
con la certeza de las mareas,
como las esperanzas brincando alto,
así... yo me levanto.
¿Me quieres ver destrozada?
cabeza agachada y ojos bajos,
hombros caídos como lágrimas,
debilitados por mi llanto desconsolado.
¿Mi arrogancia te ofende?
No lo tomes tan a pecho,
Porque yo río como si tuviera minas de oro
excavándose en el mismo patio de mi casa.
Puedes dispararme con tus palabras,
puedes herirme con tus ojos,
puedes matarme con tu odio,
y aún así, como el aire, me levanto.
¿Mi sensualidad te molesta?
¿Surge como una sorpresa
que yo baile como si tuviera diamantes
ahí, donde se encuentran mis muslos?
De las barracas de vergüenza de la historia
yo me levanto
desde el pasado enraizado en dolor
yo me levanto
soy un negro océano, amplio e inquieto,
manando
me extiendo, sobre la marea,
dejando atrás noches de temor, de terror,
me levanto,
brindando los regalos legados por mis
ancestros.
Yo soy el sueño y la esperanza del esclavo.
Me levanto.
Me levanto.
Me
levanto.
Aguardamos la publicación en
castellano de su obra poética, mientras gozamos escuchándola. https://www.youtube.com/watch?v=JqOqo50LSZ0
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